Un divertido homenaje al legado de la Cannon Films. Chuck Norris tenía una moto que disparaba cohetes, Steve James se comía la cámara, Dolph Lundgren era He-Man con peinado de cantante de hair metal y cuando salía Dudikoff (que tenía la expresividad de un tapón de corcho) no quedaba un solo malo sin zurrar. Ninjas, armas, explosiones, justicia callejera, músculos y hermosas chicas-florero. ¿Qué más podíamos pedirle a una película entonces? Y, bien pensado, ¿qué podemos pedirle ahora, cuando más que nunca necesitamos evadirnos de la realidad? Por eso, y por la maldita nostalgia, volvemos una y otra vez al catálogo de la Cannon, a revisionar lo ya conocido y a descubrir nuevas perlas entre todas las que nos legaron aquellos dos primos israelíes que nos conocían tan bien.De eso va esta antología. De quedarnos con lo divertido de la Cannon, de sus películas y de sus héroes de acción. De Marion Cobretti, de James Braddock, de Paul Kersey, de Matt Hunter, de Joe Armstrong (y Curtis Jackson), de Kutchek y Gore y de Gibson Rickenbacker. De disparar primero y preguntar después. De pulp cinematográfico que regresa a su origen, el papel. Robando la expresión del escritor Luis Guillermo del Corral, de Prosavisión. De ninjas, justicieros y tipos duros. En los 80, nuestras redes sociales eran la calle y el patio del colegio. Allí, cuando aún no sabíamos lo que era una productora y si me apuras un director de cine, compartíamos nuestra afición por unas películas que nos divertían, nos hacían soñar y con las cuales, la verdad sea dicha, nos flipábamos. Hoy tenemos Internet, podscasts, canales de vídeo, autopublicación literaria y múltiples formas de propagar, y declarar, nuestro amor por un cine que, por muchas circunstancias, no todas malas, es irrepetible. Hagámoslo. Esta cuidada selección de relatos, ofrecida por autores ya consagrados a la causa y otros más noveles, pero muy bien encaminados, hará las delicias de los lectores más inquietos.Con todos vosotros y vosotras, la Cannon. Dadle al play y disfrutad. Y no olvidéis rebobinar la cinta antes de devolverla al videoclub.
COMPRAR PAPEL